martes, 22 de septiembre de 2015

El legado del amor

Cuentan que nuestros antepasados entraron en un punto sin retorno, comían a nuestros hermanos los animales, se hacían daño entre ellos, ensuciaban todo hasta el punto que no se podía ni respirar y nuestros padres decidieron tomar una decisión extrema. O cambiaban o terminaría la vida en este precioso planeta, que en realidad es un oasis en un desierto donde cada grano de arena corresponde a un planeta que no es apto para la vida.
Así pues como ellos no pueden interferir directamente en nuestros actos, decidieron comunicarse en sueños con nosotr@s y darnos indicaciones para poder salvarnos del final inminente.
Tod@s empezamos a escuchar sus mensajes de paz, de cese del sufrimiento en el planeta, de dejar de dañar a nuestros semejantes incluidos los animales.
Much@s aquietaron sus consciencias, pues no era lo que querían escuchar.
Las ventas de ansiolíticos e hipnóticos aumentaron de forma brutal y con ello la violencia; sin embargo paralelamente otro colectivo se movía al compás, pidiendo el cese de toda violencia, dejando de comer animales, buscando el equilibrio en la tierra, tendiendo la mano a los demás en su ascenso…
Los sueños se acrecentaban y con ello las conductas amorosas al mismo tiempo que las agresivas y autodestructivas.
Todo se aceleró, sin llegar a ningún acuerdo. La gente violenta se volvió más violenta; las noticias diarias eran guerras, descuartizaciones, parricidios, infanticidios…La gente pacífica pasó a ser pasto de los violentos.
El humano habla de cielo e infierno y el infierno en vida era lo que vivían cada día; lo peor es que se negaban a ver que el cielo también era esto, solo había que cambiar la actitud.
Pronto los sueños fueron más intuitivos y repetitivos.
La gente amorosa que los escuchaba, pese al acoso y dolor, seguía firme en su resolución.
Pronto el mundo se volvió en un hogar donde ya no se vivía, solo se sobrevivía. La gente no acudía a los trabajos, solo desvalijaba y dañaba a sus semejantes.
Cuando al fin ocurrió; esa noche en el descanso recibieron una señal y en trance abandonaron los hogares, dejando atrás todo, sin embargo no volvieron ni por un segundo la mirada, con sus hij@s de la mano empezaron a caminar sin rumbo todos a una.
Los violent@s se burlaron y aprovecharon para saquear las casas vacías, incluso para negar un vaso de agua al caminante que se cruzaba ante ellos, es más si podían les agredían, robándoles lo poco que llevaban encima; pese a ello o por ello l@s caminantes seguían su camino, con llagas en los pies, con dolor por los familiares que se negaron a escuchar el mensaje, pero esperanzados en un mundo mejor.
Al final alguien pulsó el botón; el tan famoso botón rojo, unos países por otros… todo estalló.
Los pacífic@s habían llegado caminando hasta un desierto, desierto sito en el tan famoso lugar donde Moisés anduvo 40 años, en el Sinaí. Uno de los primeros lugares en quedar abandonado por los ataques de los violentos.
Lugar donde la geometría sagrada converge  y ancla el punto de cambio y transformación del binomio vida-muerte.
Al unísono se recostaron en posición fetal, entonando un cántico de paz y amor similar al canto de las ballenas; este sonido no nacía en sus gargantas, nacía de la misma alma de la creación. La atmósfera envenenada por las radiaciones empezó a oscurecerse y pronto cubrió a los caminantes con una suave lluvia de cenizas.
Ese fue el fin de los humanos, rotos por el dolor, aplastados por sus casas al caer, derretidos por la radiación… todo se fue al garete.
Durante miles y miles de años, la tierra empezó a invadir cualquier resto de civilización, los bosques y animales cubrieron de nuevo la tierra, el agua cubrió de nuevo los manantiales y corrió alegre, limpia y pura por los antiguos cauces.
Al fin llegó de nuevo el día donde el viento  sopló de forma suave sobre el desierto de ceniza que continuaba intacto y cuál nuevas semillas dando frutos, empezaron a despertar los humanos allí cubiertos. 
Se desperezaron como quien ha dormido un plácido sueño y empezaron a buscarse un@s a otr@s. Sin prisa junt@s de la mano como una sola unidad, sentad@s y con los ojos cerrados comprendieron lo que había pasado, que teníamos una nueva oportunidad de co- existir junto al planeta, con nuestros hermanos y amigos los animales, respetando y amando.
Así pues aquí estamos hoy sus descendientes unidos en concordancia y armonía, legando esta sabiduría a nuestr@s hermanit@s, para que así nunca se pierda y aprovechemos esta nueva oportunidad de ser un@ en paz y amor.
Hoy si, vemos a nuestros padres de las estrellas, que periódicamente nos visitan y así lo harán mientras la armonía sea una con nosotr@s. 
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición, Coaching 3.0

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