Yo no sé tú. Pero yo soy una persona que suele dudar poco en
mis decisiones; sin embargo hay días que…
Me siento como en un super; mirando en la estantería de los
yogures y pensando que comprar como si de esa decisión dependiera mi vida:
· ¿Con azúcar,
sin azúcar?
· ¿Desnatado,
entero, semi?
· ¿Con
sabores, natural, con trocitos?
Dudo todo el tiempo y… en fin, dudar no está mal, pues
significa que pienso y que tengo la oportunidad de elegir.
Lo que ya no está tan bien es regodearme en la duda,
balancearme en ella sin avanzar, sin moverme de mi zona de confort.
Pues si te detienes a meditar te darás cuenta que no elegir ya
es en sí mismo una elección, y tal vez al final la más pesada; pues es la que
te impide avanzar.
Si te fijas al final entre tanta duda no tomarás el ansiado
yogur, sin darte cuenta que si compras el desnatado, con frutas y no es lo que
pensabas puedes cambiar de opinión la próxima vez.
Pues de esto va la vida de aprender, de tomar decisiones, de
acertar o tal vez no; pero en el fondo lo importante es el camino de búsqueda hacia
lo correcto.
Autora: Rosa Francés Cardona (Izha) |
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