Palabras surgidas dentro del contexto: CÍRCULO DE LECTURA Y ESCRITURA CREATIVA «ANIDADAS»
Las mujeres de hoy estamos hechas de miles de capas con
miles de nombres. Llegar hasta el final es una responsabilidad incrustada en
nuestro ADN.
Tenemos una gran capa que nos envuelve llamada responsabilidad,
parece que somos responsables de todo y todos.
Otra capa llamada culpa ¡uy la culpa! ¿Cuánta culpa
escondemos?
Esta culpa nos paraliza e impide avanzar.
La responsabilidad es un cebo envenenado que nos conduce a
la culpa.
Responsabilidad por el bienestar de los demás = culpa de que
no estén tan bien como deberían.
Responsabilidad por la educación de nuestros hijos = culpa
si no cumplen las expectativas de los demás.
Responsabilidad hacia nuestros maridos, parejas, hijos,
trabajo... = culpa por no cumplir las expectativas de ellos, de la sociedad.
Cada capa de responsabilidad, lleva envuelta multitud de
capas de culpa, que nos ahogan.
Rasgar cada capa, se convierte en algo imprescindible si
queremos respirar.
Así que sin saber muy bien el motivo un día comienzas a
rascar "¡ufff, duele, voy a parar!" Aunque al día siguiente y pese o
por el dolor, vuelves a la tarea de rascar y rascar.
Accionamos sin pensar, sabemos inconscientemente que nuestra
vida depende de ello.
Un día después de mucho rascar, aparece una diminuta luz por
un pequeño resquicio; ese día sabes que ya no hay nada que te detenga; tu
felicidad depende de ello.
Desde ese momento sabes que has emprendido un camino del que no conoces el
final, pero sabes que ansias no dejarlo nunca, no volver nunca más la vista atrás;
soltar la culpa y recoger la propia responsabilidad, esa es la meta.
La meta es el nacimiento de la mujer auténtica: sabía, salvaje, libre y conductora
de caminos de otras mujeres.
Escrito por: Rosa Francés Cardona (Izha) Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición. Regente de la Herboristería Herbasana de Canals Valencia. |