jueves, 26 de noviembre de 2015

Lo que tu abuela sabía del resfriado y tú NO

Tu abuela no se equivocaba cuando te decía:
“Bebe algo calentito”
Las bebidas calientes alivian el flujo nasal y los líquidos fluidifican.
“Haz vahos de menta, eucalipto…”
Abren las vías respiratorias y alivian la irritación de garganta.
“Toma mucho ajo”
JAjajaj las abuelas no tenían miedo que fuésemos vampiros, solo que eran muy sabias y sabían que ayuda al cuerpo a combatir la gripe y otras infecciones.
“Menos tonterías y más agua con sal”
Otra perla cargada de sabiduría: mezcla un cuarto de cucharadita de sal del Himalaya y un cuarto de cucharadita de carbonato en una taza de agua tibia. Vierte un par de gotas en cada fosa nasal, luego inclínate hacia adelante para que escurra un poco y suena tu nariz suavemente y… ¡Adiós congestión!
“No seas maleducad@ tápate la boca y/o nariz”
Sabias como ellas solas, sabían sin microscopio que si no se hacía contagiabas al resto.
” ¡Tanta sacarina y narices!!!! La miel es más sana”
Ellas ya intuían que la miel  es un expectorante natural que  ayuda a eliminar las flemas, y es útil para controlar y combatir las infecciones en la garganta, gracias a sus propiedades antisépticas.
“Nada mejor que una sopita calentita”

Algo que ellas sabían era que una sopa  te hace sentir mejor porque reduce la congestión y lubrica la garganta, aliviando la irritación. 

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