lunes, 15 de febrero de 2016

Ciegos, mudos, sordos UCDM

Tú que ves, que oyes, que hablas, que sientes. ¡Y sin embargo estas tan cieg@, sord@, mud@ e insensible!
 No cejas en tu empeño de buscar mil y un caminos, cada cual más difícil, deseando cada día ser un poco más sabio, más feliz, deseando encontrar la verdad.
Sin embargo, eres como un/a millonari@ codicios@, que pese a su riqueza lucha incesantemente para aumentarla y tener cada día más.
Pues sí, somos como ese millonari@ codicioso y enfermo de riquezas; cuando más tiene, menos feliz es y más desea.
¡Tú, sí tú, eres millonari@ y aún no lo sabes!
Tienes ojos, para contemplar la belleza de este mundo.
Tienes oídos, para embelesarte con el sonido de la naturaleza.
Tienes boca, para alabar y engrandecer semejante regalo.
Tienes tacto, para poder sentir en tu piel: la suave brisa, las caricias, los abrazos…
¿Acaso no es suficiente riqueza?
¿Quién en su sano juicio no agradecería semejantes regalos?
¿Qué pasa con los que teniendo ojos no vemos?
¿Qué pasa con los que teniendo boca no hablamos?
¿Qué pasa con los que teniendo oídos no escuchamos?
¿Qué pasa con los que teniendo tacto no sentimos?
Nos perdemos buscando respuestas, buscando la felicidad, intentando llenar vacíos.
Buscamos en un mundo insustancial, buscamos acumulando (viajes, propiedades, posesiones...)
Buscamos respuestas en lo efímero y temporal, al no saberlas hallar en su origen.
Un día perdimos la facultad verdadera de ver, oír, hablar y sentir.
Y ese día olvidamos que la respuesta está en nuestro interior y solo una palabra la define:
AMOR.

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