Esta
semana fue mi semana “horríbulus” personal, nada salió como debía.
Discutí con él, las amigas me dieron plantón y el trabajo fue aún peor.
Me acerque al parque y sentada sobre el césped arranqué a llorar de forma descontrolada; de pronto sentí una mirada clavada en mi, levanté la cara llena de lágrimas; sus ojos grandes, brillantes y negros me miraban inquisitivamente y parecían ver dentro de mi, se acercó pausadamente y ante mi falta de rechazo saco su lengua y chupo mis lágrimas. Entre descolocada y sorprendida, no pude menos que arrancar a reír y él ante este gesto, me empujó al suelo y una vez sobre mi comenzó a jugar y lamerme.
Muerta de risa, parecía que todo lo anterior le hubiese pasado a otra persona, mi cara llena de babas seguía cubierta de lágrimas, aunque estas eran de alegría.
Nunca creí en el amor a primera vista hasta hoy; aunque casi lo podría llamar:
Amor a primera baba.
-¡Ya nunca más me separare de ti, precioso!
Discutí con él, las amigas me dieron plantón y el trabajo fue aún peor.
Me acerque al parque y sentada sobre el césped arranqué a llorar de forma descontrolada; de pronto sentí una mirada clavada en mi, levanté la cara llena de lágrimas; sus ojos grandes, brillantes y negros me miraban inquisitivamente y parecían ver dentro de mi, se acercó pausadamente y ante mi falta de rechazo saco su lengua y chupo mis lágrimas. Entre descolocada y sorprendida, no pude menos que arrancar a reír y él ante este gesto, me empujó al suelo y una vez sobre mi comenzó a jugar y lamerme.
Muerta de risa, parecía que todo lo anterior le hubiese pasado a otra persona, mi cara llena de babas seguía cubierta de lágrimas, aunque estas eran de alegría.
Nunca creí en el amor a primera vista hasta hoy; aunque casi lo podría llamar:
Amor a primera baba.
-¡Ya nunca más me separare de ti, precioso!
Desde de día tengo un gran amor viviendo conmigo,
nunca creí que un perro pudiese hacerse dueño de mi corazón. Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)
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