viernes, 13 de mayo de 2022

Lunalunera

 Palabras surgidas dentro del contexto: CÍRCULO DE LECTURA Y ESCRITURA CREATIVA «ANIDADAS».


Mamá me despertó como cada día con sus hermosos y armónicos trinos; a la vez que atusaba y acicalaba mis plumas.

-Vamos pequeña ya amanece ¿de verdad qué quieres ir a clase de canto?

Abriendo mis ojos y casi gritando afirmé que si.

-Muy bien pequeña, sin embargo no hagas caso de los comentarios de tus compañeros… a veces… los pequeños dicen cosas que no son ciertas solo por envidia.

No hice comentario a lo que mamá decía; pues estaba demasiado nerviosa.

Mamá, que estaba un poco ojerosa (últimamente parecía más cansada de lo normal) me despidió con gesto preocupado.

Al llegar a clase de canto de gorrión observé que me miraban todos mis compañeros y al comenzar la lección rompieron a reír, mientras me señalaban y la profesora les castigaba.

Mamá estaba con gesto preocupado en la puerta del nido esperando.

-¿Qué pasó mi amor?

Llorando y sin contestar me dormí.

Mientras mamá me cantaba una dulce y triste melodía.

Más tarde pude notar como me arrullaba y besaba con su pequeño y perfecto pico de soprano.

No recuerdo cuando oí los ruidos, solo que me despertaron.

Sigilosamente me levante y la vi.

Mamá, tenía un comportamiento extraño. Así que la seguí.

Durante toda la noche voló y voló sin descanso. Primero recogiendo resinas de los árboles y después ¿después? Plumas.

Rápidamente entré en el nido y cerré mis ojitos a la par que mamá entraba y muy, muy despacio vino a mí.

Casi de forma imperceptible comenzó a quitar mis plumas, luego muy, muy suavemente me cubrió con la resina y de nuevo colocó plumas nuevas y hermosas en mi cuerpo. Mientras yo fingía dormir y no sabía si estaba asustada, nerviosa, inquisitiva o cuál era mi estado.

Ya en la última pluma mamá sollozó.

- Lunalunera no me quites a mi pequeña, mi trocito de luna, mi trocito de corazón, pues solo es un trocito de roca que a ti te cayo y que siquiera añoras. No dejes que nadie le dañe, no dejes que sufra, yo te doy mi voz si tú un poco le compartes.

Seguidamente comenzó a cantar a atusar y acicalar mis plumas.

-Amor es hora de levantarse.

De un salto a su cuello me colgué, el pico a besos le comí, pues ahora sé el motivo de su cansancio y su amor.

-Mamá ya no quiero ir clase de canto nunca más, quiero a tu lado cantar y contigo pasear.

Escrito por:
 Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Regente de la Herboristería Herbasana de Canals Valencia.

No hay comentarios:

Mis gatas mágicas

  Soy Lucas, tengo 13 años y voy a la academia de inglés todos los sábados. Hoy Nieves mi profesora me ha pedido que le cuide a sus gatas ...