lunes, 12 de diciembre de 2016

No puedo parar

Obra  distinguida en el certamen "Afrodita y Eros 2" y por ello publicada en el libro antología. 
Han participado 1341 escritores y se publican 173 relatos
NO ESTA MAL
Salgo presurosamente del baño público, abrochándome la camisa y arreglando la maraña en que se ha convertido mi pelo; el carmín corrido me asigna una imagen entre cómica y grotesca.
Sexo en un baño público. ¡Había jurado que no volvería a pasar!
¿Qué cómo comenzó?
Se me acercó y pidió fuego ¡muy origina! Y desnudándome con la mirada dijo:
-Tienes pinta guarra, seguro que la comes bien.
-Seguro que sí. Conteste ipso facto y comenzamos a comernos la boca, arrastrándome hasta el baño, mientras me bajaba las bragas hasta los tobillos y abría torpemente la camisa, dejando salir mis pechos por encima del sujetador, mientras él con los pantalones bajados y caminaba de forma grotesca cual pingüino, conmigo a horcajadas. ¡Es que… ni siquiera me gustaba! Ni mostró habilidad alguna en sus manos; estrujaba, cuasi ordeñaba mis pechos, ahora doloridos, al igual que mi alma; todo ello acompañado de un sexo apresurado, sin protección ¡Dios! ¿En qué estaba pensando? Sexo rápido y nada placentero, igual que comenzó termino. Se subió los pantalones y mientras se abrochaba solo atino a decir:
-Eres una viciosa, no ha estado mal.
¡Así de romántico! ¡Siento asco de mi misma! No atino a saber porque me hago tanto daño.
Al final he llegado a casa. Temblorosa con la cara sucia, sin embargo mi interior está mucho más sucio; por el pasillo arranco la ropa con furia y asco, vomito varías veces en la taza del water, no puedo con ello, no me acostumbro y sin embargo no paro; es superior a mis fuerzas. Ya en la ducha intento limpiar esa sensación de suciedad; lloro y lloro sin parar; restriego mi piel hasta casi hacerla sangrar. ¡Sigo sucia, no puedo más! ¡Todo es mi culpa, no se parar!
EL agua recorre mi cuerpo dolorido, cada molécula de agua penetra en mi piel y sale por mis ojos, a borbotones, sin parar.
¡No puedo parar! Pienso mientras ingiero un montón de pastillas, esperando el final.
No encuentro otra forma de parar, no hay nadie que me tienda su mano; hace mucho que nadie está a mi lado, alejé a todos muy lejos de mí, les hice tanto daño a los que me querían que al final se cansaron y se alejaron; pienso mientras me adormezco bajo la lluvia de agua de la ducha y acurrucada espero el efecto de las pastillas.

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