viernes, 24 de abril de 2015

Nombre espiritual

Cada uno de nosotros tiene un nombre que se nos es dado al ser creados. Este nombre es conocido como:

Nombre espiritual y/o sagrado.
En realidad este nombre vibra con nuestra esencia y no es de ser que lo sepamos en la tierra.
Solamente se nos es dado conocer cuando has empezado tu camino espiritual.
Sin embargo conocer nuestro nombre espiritual nos ayuda a identificar nuestro camino interior.
Una vez lo conozcas investiga sobre el y entonces sabrás cual es el potencial a mejorar y perfeccionar a lo largo de tu vida.
Es una buena idea repetirlo a modo de mantra, pues este nombre vibra a una potencia diferente y te hace conectar con tu verdadero Yo. Cada vez que lo escuchas y/o ves escrito le recordarás a tu alma cual es su destino y lo que tiene que hacer para lograrlo.
Sin embargo si no lo conoces no te obsesiones; llegara cuando sea el momento, ni antes ni después; solo estate atent@ a las señales.
Recuerdo cuando hice mi primer nivel de reiki y me preguntaron si me había sido revelado; me quede en silencio, como si algo no hubiese hecho bien, como si el no serme revelado fuese por que no lo había conseguido; lo mismo sucedió en el resto de niveles L .
Casi tod@s conocían su nombre espiritual menos yo, lo pedía en mis meditaciones, creo que incluso hasta un nivel obsesivo. Todo menos darme cuenta que hacía muchísimos años que me había sido dado, que lo usaba y seguía usándolo cada día sin darme cuenta.
Izha.
Cuando aún no existía ni Internet me hice radioaficionada y tenia que buscar un nombre, sin saber porque elegí este, eso si; tenía claro su grafía, con la h intercalada. Cada día desde entonces lo uso y nunca me percate de su importancia; de vez en cuando buscaba su significado sin lograrlo; lo busque en el traductor, en el diccionario hebreo, arameo… y nada. Hasta que no hace mucho tiempo y sin buscar apareció en un diccionario bíblico.
"El [Dios] brilla [es resplandeciente]" o "ungido con aceite").
Me llego cuando debía, ni antes ni después; sigo sin entender; pero en ello estoy.
Así pues, si tú aún no sabes tu nombre no te obsesiones; si tiene que llegar, llegara; tal vez lo tienes delante de las narices y no te has percatado de ello.
Eso si, te aconsejo que una vez que lo tengas apliques la regla 40.
Durante 40 días úsalo, medita sobre el, escríbelo, recítalo y pide a gente de tu confianza que lo usen. Siente como vibras en conexión, úsalo como un mantra personal, permítele ser un reflejo de tu Yo interno; un reflejo de la elevación del alma.
Recuerda que toma un tiempo sentirse cómod@ en el; por ello la regla 40. Son como unos zapatos nuevos a los que tus pies se deben de adaptar en un tiempo se adaptan a tus pies, tus callos… pero en un principio de duelen. Por eso la regla 40, si en 40 días descubres que no estas cómod@, que no conectas, que no aumenta tu vibración… es que no es tu nombre. No sufras, cuando llegue y apliques la regla 40 notarás como penetra en tu ser y entonces sabrás que:
Siempre te llamaste así; solo que no lo sabías.

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