Añoro esos días donde yo era la heroína de tu historia.
Añoro esos abrazos espontáneos.
Añoro esos regalos maravillosos; como el collar de macarrones
pintado con acuarela que manchaba mi vestido de mil colores, dejándolo más
lindo si cabe para tus inocentes ojos.
Anhelo volver a ser la mejor mamá, la más linda para tus ojos,
la más valiente de entre todas las mamás, la mejor cocinera, la que mejor cura
tus heridas, la que te abraza cuando tienes pesadillas.
Cierro los ojos y con una sonrisa melancólica recuerdo aquel
regalo de mi cumpleaños tan hermoso que me hiciste ¡tan pequeño y tan lindo!
Recuerdo que cada céntimo que encontrabas en el suelo lo cogías con extraña
avidez y lo guardabas ante mi atenta y divertida mirada; recuerdo cuando la
vecina de la tienda de al lado me llamó, para decirme que estabas allí con una
bolsa de céntimos para comprarme un anillo y que no tenías bastante, pero no se
atrevía a disgustarte ¡ese fue el mejor regalo del mundo! No me hubiese gustado
más si fuese de oro puro.
Estoy segura que algún día tus ojos me volverán a ver increíble,
hermosa y perfecta; pero seguramente entonces ya no estaré para oírte.
Es ley de vida ¡dicen! No lo sé, solo sé que pensando en ti,
también recuerdo a mi madre.
Recuerdo sus cuentos al dormir, su risa tintineante, su amor
por mí y al mismo tiempo noto como todos mis rencores, enfados y posibles
carencias se diluyen; solo queda a mi lado una niña pequeña con trenzas y
pecosa riendo junto a su mamá, mientras juntas hacen un collar de macarrones
pintado de forma “muy artística”
¡Te quiero mamá!
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario