lunes, 5 de septiembre de 2016

Los tikunas, aquellos que se pintan de negro

RELATO SELECCIONADO EN: EL I Concurso de Microcuentos Leer(te)
Únicamente se seleccionaron los 182 mejores autores según el criterio del jurado de los 564 que se presentaron.
Y formará parte del libro editado con este mismo nombre: Microcuentos Leer(Te) I edición

Los Tikunas, hijos de la luz o aquellos que se pintan de negro.

En lo profundo de la Amazonia reside la tribu de los Tikunas; aún fieles a sus costumbres, no logran entender la cabezonería y desconfianza del hombre blanco y su obsesión por “cerrar” cosas. Después de sufrir la expoliación y esclavitud por parte de los madereros que exterminaron su hábitat y no entender sus pensamientos decidieron adentrarse en lo más profundo de la selva dejando atrás a estos “seres tan involucionados” llamados "hombre blanco".Ellos conocen tres mundos: inferior (demonios), intermedio (humanos) y superior (Almas y seres superiores).

Ellos, habitantes del mundo intermedio e hijos de la luz, saben lo importante de respetar el orden de las cosas.Desde pequeños aprenden que la luz atrae a la oscuridad, pues esta se teme a sí misma y busca resurgir.En sus casas no hay puertas ni ventanas cerradas, saben por su luz pueden atraer a demonios y si una puerta o ventana se cerrará quedaría en ella atrapada  para siempre la oscuridad, dañando a los habitantes de la casa.

Desde niños aprenden incluso en juegos a dibujar y jugar en casas abiertas, enormes ventanales abiertos repletos de luz, puertas de par en par invitando a entrar.Puertas que un día dejaron entrar a los demonios blancos y que se empeñaron en cerrar para quedarse para siempre jamás.
Gracias al Chamán de la tribu y sus hechizos burlaron a estos demonios escapando a la profundidad del bosque, pintándose de negro, así su incandescencia pasa desapercibida y donde nunca más cerrarán una puerta; siempre las abrirán a la luz.



Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.Valencia).

No hay comentarios:

Te esperé siempre

  Te esperé siempre Aún hoy en el ocaso de mi vida, puedo cerrar los ojos y ver de n...