Desde que comenzamos con los círculos de mujeres muchos hombres
(la mayoría de los que no suele acudir a las otras actividades) se sienten
excluidos e incluso tal vez atacados por estos círculos de mujeres (al menos
aquí en España, no sé si en otros países o zonas sucederá lo mismo).
Ya se hacen cuasi normales comentarios como este que trascribo
de forma aproximada:
-¿Puedo acudir al círculo de
mujeres?
-Es un círculo de: MUJERES.
-Sí, ¿y? ¿Acaso no puedo ir?
-Sí, sin ningún problema, si tienes útero o lo has tenido de
forma anatómica.
-Tanto quejarse del machismo y luego no queréis que os digan feminazis.
-No sé, ¿lo son el resto de actividades de crecimiento, dónde el
porcentaje de hombres puede reducirse a un 2% e incluso menos?
-Me siento discriminado.
Perfecto, puedes crear un círculo masculino, te apoyaremos de
forma incondicional.
-¿Qué habláis allí de la regla y
todas esas guarradas?
(Si, realmente hay señores tan impresentables que dicen que quieren
venir a un círculo y cuando les respondes amablemente que no, contestan así).
-Pues sí, querido, hablamos de nuestro cuerpo, de nuestra belleza
interior y exterior y de todo aquello de lo que nos apetece sin tener que sentirnos
juzgadas por la inquisición machista ignorante.
-Seguro que todas las que vais allí
sois lesbianas o eso.
(Se destapo el susodicho, por lo visto, pensó: ¡Mujeresssssss,
al ataqueeeeee!)
-¿Si? Seguramente. Un abrazo.
¡Bueno, impresentables aparte!
En general no se suelen ir hombres a un círculo de mujeres y al
contrario; excepto cuando se es invitado o invitada para alguna actividad en
concreto; pues hay actividades que pueden realizarse en común para el mutuo
crecimiento de ambos círculos.
No voy a extenderme mucho en el tipo de círculo masculino, pues
yo puedo hablar del femenino que es en el que me muevo.
De todas formas ambas energías si bien se complementan, son
totalmente diferentes.
Es este el motivo de trabajarlas por separado.
La energía femenina es una energía circular, una energía que abraza,
mece y crea de forma tranquila y sin pausa.
La energía masculina es directa, necesita retos/objetivos y se
detiene una vez conseguidos, hasta el próximo.
Como puedes intuir ambas energías deben de trabajarse de forma
distinta.
La masculina por siglos potenciada en su forma más
activa/destructiva dejó a un lado la sensibilidad y debe de recuperarla.
La femenina por siglos aplastada y subyugada, necesita recuperar
la fuerza y poder de lo femenino; una energía relegada y menospreciada por el
patriarcado, que aún permanece marcado a fuego en nuestra feminidad.
Si bien ambas energías son el equilibrio. En la actual sociedad
parece que solo se potencia la masculina.
Mujeres; que para triunfar deben de usar la energía masculina,
dejando a un lado su propia energía y volviéndose anestesiadas a lo que sucede
a su alrededor.
Hombres; que temen dejar entrever su parte de energía femenina y
la ahogan, hasta dejar a un lado toda huella de “debilidad” e incluso de
compasión.
Así pues en los círculos de mujeres nos reunimos para nutrirnos,
crecer y recuperar nuestra propia identidad; no es un lugar donde se “entronice”
a las mujeres y se “subyugue” al hombre; es un lugar donde se busca el
equilibrio desde el amor; es un lugar micro milésimamente pequeño en el
universo y desde el que todo se gesta, pare y esparce cual diminuta semilla, para al final
todas las semillas juntas germinar un mundo mejor.
*Aclaro que hay multitud de círculos diferentes: hombres, mujeres, mixto, por creencias...Acude al que necesites y mejor se adapte a tus expectativas/creencias.
Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Tienda on-line: http://herboristeriaherbasana.es/
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