jueves, 27 de julio de 2017

Sueño de sirena

Me sumerjo en mis sueños; ya no sé si es sueño o realidad; un frío agradable recorre mis piernas y estas comienzan a transformarse: se unen en un armonioso compás gemelar; los pies se funden en una hermosa y colorida aleta caudal;  las piernas se fusionan en una cola repleta de escamas plateadas…
Todos estos cambios lejos de asustarme me emocionan, siento que soy yo, mi verdadero yo.
El suelo de la habitación se ha convertido en mar, en ese mar que tanto añoro; que me susurra canciones al oído y que me atrae hacia su interior.
¡No tengo miedo!
Obra de Christian Schloe
Sumerjo por primera vez mi cola de pez en el agua, ¡es tan agradable! Parece que siempre he pertenecido a ella, nado y nado sin miedo; ahora zambullo mi cuerpo entero.
¡Respiro, respiro bajo el agua!
¿Es un sueño? ¡Sin embargo parece tan real! Ya no sé si mi vida es un sueño o mi sueño es mi vida.
Tampoco me sorprende cuando a mi encuentro aparecen dos tritones, dispuestos a darme la bienvenida al reino marino.
No recuerdo que ha pasado con la habitación, solo que ahora ya no está ¡tampoco importa! Solo hay mar.
Recorremos arrecifes de coral, salpicados de colores enmarcados por el azul púrpura del mar; la brisa marina ondea mis cabellos negros. ¡Estoy en mi hogar, estoy segura!
Mi cola remueve las doradas arenas de las profundidades marinas, mientras rio sin parar ¿nado o vuelo? Ni lo sé, es tan hermosa esta sensación ingrávida que me invade que… no pienso.
¡Nalowale, Nalowale! Gritan las demás sirenas y tritones alborozados al verme.
Me siento hija del viento y el mar; me embriaga la emoción; la fauna acuática luce todo su esplendor para mis ojos; peces mansos nadan a mí alrededor, enredándose en mis cabellos engalanados con algas…
En medio de tanta algarabía, oigo un timbre ¿un timbre?
Súbitamente mi cuerpo se detiene, intento seguir nadando y me es imposible; siento como me engulle la vida, los tritones me sujetan de las manos, mientras grito y me diluyo cual hielo al sol, noto mis células separarse una a una, el dolor y la impotencia invade mi cuerpo, que desaparece irremediablemente.
-¡Ringggggg!!!
Abro los ojos aún sorprendida y estoy sobre la cama, empapada de sudor; no obstante aún huelo a mar, mis cabellos saben a sal y recuerdo cada detalle.
-¡No olvidaré ni una palabra, ha sido un sueño tan real!
Me digo a mi misma mientras me levanto y acudo al baño a hacer pis. Una vez en la taza del wáter, ensimismada en mis pensamientos, me viene a la cabeza:
-Creo que he soñado algo que tenía que recordar y no, no recuerdo nada.
Escudriño en mis pensamientos y nada, no recuerdo nada. Al final del día viene a mi mente una palabra de forma machacona: Nalowale. Intrigada busco en la red y no encuentro nada interesante, hasta que en el traductor después de probar con mil idiomas, me aparece:
Nalowale: perdida, en hawaiano.

Rauda recuerdo todos y cada uno de los detalles: la niña perdida del mar volvió por unos instantes a casa; así sentí mi sueño, era realmente mi mundo y esta vida es la que me parece un sueño, del que anhelo despertar de una vez y volver a nadar entre corales y ser coronada con espuma del mar.


Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

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