Me asusta utilizar la voz de mi alma.
Intuyo una oscura mano sobre las almas femeninas que intenta ahogarlas, paralizarlas y dañar hasta las entrañas.
Esa oscuridad nos amnesia y desequilibra física y espiritualmente.
Cuando busco escuchar la voz del alma; esa mano me atenaza y pierdo la voz; entristezco, dejo a un lado mi cometido y olvido quien soy. Soy quienes los demás quieren, fenezco y desaparezco.
¡Tengo miedo!
¿Cómo escapar?
¿Cómo despertar?
¿Cómo recuperar mi misión?
Aullar, correr, cantar, bailar, ensuciarme de barro… ¡mujer loba, ven a por mí!
Usa tu sabiduría ancestral para salvarme; para sanarme; aleja de mí esta oscuridad que me asusta, ahoga mi intuición y ensordece tus palabras.
Permíteme gritar mi locura.
Escucha mis lamentos.
Enjuga mis lágrimas.
Rescátame, permíteme ver el sol que me abraza; sentir la caricia del viento; adornarme con las flores; sentir la libertad del bosque; la sabiduría de la tierra.
Permíteme simplemente: Ser.
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