FUENTE: https://www.mindalia.com/
Por Rosa
Francés Cardona (Izha).- El rol del padre en Ho’Oponopono:
El padre representa en nuestro inconsciente la fuerza y capacidad para ser
capaces de materializar lo que somos y queremos; además en las mujeres nos
vincula en las relaciones de pareja.
Un padre ausente física y/o emocionalmente (y no hablo de la distancia, hay
padres que trabajan muy lejos y tienen que estar mucho tiempo fuera que son más
cercanos que otros padres que siempre están en casa), genera: desánimo, falta
de finalización de proyectos, relaciones dañinas…
Incluso cuando no encontramos nada que agradecer podemos agradecerle la vida,
agradecer que por los motivos que fuesen nos dio la vida; pensar que lo hizo lo
mejor que supo, por mal que lo haya hecho (puede haber repetido patrones, sus
padres tal vez eran igual, no fue querido…).
Tu niñ@ interior tiene que mejorar la imagen que tiene de la figura paterna.
¿En cuánto
tiempo podré sanar las heridas con el padre?
Puedes tardar toda una vida y no conseguirlo, o…solo un segundo.
Todo se soluciona en el mismo momento que decides dejar de cuestionar y aceptas
que es tal y como es y no como tú quisieras.
¿Cómo puedo
empezar a sanar?
Vamos a realizar un ejercicio de re-conexión y plasticidad neuronal:
Ten en cuenta que este ejercicio puede mover muchos sentimientos y
frustraciones reprimidas; así que date permiso para sentir y llorar si lo
necesitas.
En este ejercicio debes de ser extremadamente sincer@ , no pasa nada si lo que
sale no te gusta, piensa que las emociones enquistadas enferman.
Debes de realizar este ejercicio en extrema intimidad, lo que hagas, pienses,
digas, escribas es personal, intimo y privado.
Una vez terminado el ejercicio y haz una pequeña y meditación quema la carta
una noche de luna nueva para alejar esos sentimientos negativos y atraer nuevos
sentimientos.
Conéctate
con tu padre, piensa en esa figura que tienes un problema.
Escríbele una carta en la que debes de poner:
-Lo que necesitabas y no te dio.
-Lo que no te atreviste a decirle.
-Lo que no podías aguantar de él.
-Lo que hubieses querido que él te dijese.
-Donde te hubiera gustado que te llevase/comprase/diese.
-Como te hubiera gustado que fuese.
-Todos los temas pendientes que tienes con él.
Ten en
cuenta que este ejercicio puedes tardar mucho más de un día en hacerlo.
No tengas prisa; si notas resistencias, no sufras, pasa a la meditación y
vuelve sobre el ejercicio de nuevo; si así y todo no “pudieses” deja pasar unos
días y vuelve a empezar, si es necesario haz solo unos puntos y avanza aunque
sea despacio.
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