martes, 18 de septiembre de 2018

Por qué le llaman amor? si es maltrato


-¿Por qué me haces hacerte esto? ¿Crees que me gusta? ¡Me obligas a golpearte,  yo te amo, eres una mujer y pareces una niña, tengo que cuidarte, decirte las cosas como las quiero, como debes de hacerlas! ¡Me obligas a hacerlo una y otra vez, no aprendes! ¡Eres cada día más torpe, inútil, no sirves para nada! ¿Qué harías sin mí?
 Mientras gritaba seguía golpeándome.
-Lo hago por tu bien, tú me obligas. ¿Crees qué a mí me gusta? Pero necesitas que te enseñen. ¿Qué serías tú sin mí?


El último golpe fue en la cara, ya estaba en el suelo y la sucesión de patadas parecía no acabar.
-¡Desgraciada, inútil, me obligas, me obligas!
Ya apenas le oía, el olor de la sangre llenaba mis sentidos, el color rojo teñía las imágenes deformándolas, al igual que mi realidad.
Cuando se canso, se sentó.
-¡Yo te quiero, tú… tú eres una desagradecida, me haces hacer cosas que no quiero.
Como pude me arrastre a sus rodillas llorando y Él (prefiero llamarle solamente Él, no quiero recordar: su nombre, su cara, su…) comenzó a acariciar mi pelo.
-Lo hago para que seas una mujer de tu casa, una esposa de bien; te quiero y te ayudo para que aprendas.
Mis lágrimas mezcladas con la sangre que brotaba de mi ceja me mostraban una realidad paralela, una realidad a su imagen y allí estaba atrapada.
Al día siguiente los ojos hinchados de tanto llorar, la ceja partida (una vez más) y el cuerpo lleno de moratones, magullado y herido.
Ya era una experta en maquillaje, apenas nadie podía ver nada, además ¿Quién podía darse cuenta? Si ya no tenía amigas, mi familia hacía años que habían roto todo trato conmigo, en la compra solo tardaba unos minutos y volvía corriendo a casa; Él tenía el tiempo marcado; sabía lo que tardaba en la panadería, el carnicero… y si tardaba más…
Si el trozo de carne era de poca calidad: el carnicero me engañaba, pues era una ignorante; si el trozo era bueno: a saber que habría hecho.
¡Ya no sabía cómo contentarle! Cada día me costaba más maquillar mi rostro, escondiendo las huellas de mi vida; no tenía ganas de nada, mi sonrisa había emigrado a algún recóndito lugar.
La gente comenzaba a mirarme y yo…
Hoy he cogido el teléfono.
-      016 ¿Dígame?
Hoy ha salido el sol por primera vez en muchos años.

Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

No hay comentarios:

Te esperé siempre

  Te esperé siempre Aún hoy en el ocaso de mi vida, puedo cerrar los ojos y ver de n...