
Artículo publicado en: https://www.mindalia.com/
Hay días que sin avisar vuelve aquello que en el pasado te turbó y saco de tu centro, vuelve con una fuerza inmensa intentando arrastrarte en su caída hacia el abismo, intentando abrazarte con su lodo y ahogarte en él.
Sucede de forma imprevista; es así como suele operar; con la
única intención de pillarte desprevenid@ y hacer tambalear todo tu mundo. Busca
descolocarte, descentrarte y sobretodo busca atraparte de nuevo en “su pasado”.
Si te dejas llevar por la inercia te envolverás en esa locura
fangosa y angustiosa.
¿Qué puedes hacer?
¡Si realmente lo que te apetece es: gritar, llorar, contar tu
verdad, huir, desmentir…!
Pero sabes que si lo haces te atrapará de nuevo, pero… también
sabes que si no lo haces:
-“Se saldrá con la suya”.
-“Continuará la mentira”.
-“Me desprestigia y yo no soy así”.
-“La gente creerá sus mentiras sobre mi”.
En realidad lamentablemente, todo este diálogo es parte del
ego, que te manipula para arrastrarte al pasado y alejarte de la paz del
presente.
En vez de escuchar el martilleo incansable de tu mente, ten la
suficiente entereza para detenerte por unos instantes y decidir no entrar en el
juego del ego: retírate solo a respirar, mira frente a frente tus sentimientos,
sensaciones, pensamientos (no intentes analizarlos, juzgarlos, culparlos, disculparlos…)
solo permítete sentir, respira hondo y sigue observando.
Al ego le encanta ser el protagonista de la película, ser el
más de más; más bueno, más dañado, más dolido, más víctima, más solidario…
Así pues una vez observado tus sentimientos, no le des
gasolina al ego y sigue tu vida; cuando lo logras tu verdadero ser lleno de
amor, rebosará de paz y en ese preciso instante los fantasmas del pasado que
buscaban atormentarte se difuminarán hasta perder el protagonismo.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Redactora en: http://www.enbuenasmanos.com/
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