jueves, 24 de enero de 2019

ÉL: el suplantador


Obra presentada en el certamen "Recuerdos II" de: Letras Con Arte, distinguida el 17-Dic-2018 y por ello publicada en el libro  antología “Recuerdos II” 2018

No recuerdo como entró en mi vida; mejor dicho en la de mi madre, en mi vida solo era un efecto colateral.
Siquiera recuerdo cuando pasó de ser un visitante a vivir con nosotras.
Sinceramente al principio me caía bien, era simpático, me compraba cosas… ¡Hasta el día que vi que era algo más que un visitante! Ese día y durante mucho, mucho tiempo le odie, le odie con toda mi alma, con todos mis deseos de niña. Cuando me acostaba rezaba para que: explotara, le cayera un OVNI y cosas parecidas; siempre he tenido una imaginación muy fructífera; pero nada de esto sucedió.  
En vista que ningún desastre natural se cebaba con su persona decidí ayudar a la naturaleza con un pequeño empujoncito de vez en cuando ¡sin malicia, solo para ayudar!
De pronto él (prefiero llamarle así, no merecía ningún nombre) olvidaba donde estaban las llaves del coche cuando más prisa tenía mamá para llegar al trabajo.
Era normal salir de paseo por el campo que yo sin querer al jugar le tirará una piedra que casualmente caía sobre él.
Cuando mamá me reñía yo sin descaro le espetaba que él, me había dado permiso o me había dicho que hiciese así las cosas.
Casualmente solía caerme la comida sobre él; la ropa que él usaba de forma inesperada aparecía rota y sucia…
Y…Él callaba, solo me miraba y como mucho, sonreía. Lo cual me desesperaba mucho más y con más rabia volvía a actuar.
Durante años le odie y me empeñe en expulsarlo de nuestras vidas.
Tampoco recuerdo cuando esa rabia y dolor comenzó a anestesiarse,
El recuerdo de mi padre ausente y muerto comenzó a adormecerse, a dejar de doler.
Él pasó a ser una figura impasible, siempre presente, presto a ayudarme, sin pedir nada, sin “chivarse” de mis mucho más que travesuras hacía su persona y un buen día, él, recupero su nombre; nunca llegue a llamarle padre; sin embargo mis hijos si le llaman abuelo, en concreto: el abu Manolo. 
Ellos le adoran y nadie sabe nada de como entró en nuestras vida, siquiera mamá, alguna vez, juntos, en silencio nos miramos y sin un motivo sonreímos ambos, ante la extrañeza de todo el resto de familia.
Manolo es mi ídolo, un héroe de carne y hueso que supo lidiar con una chiquilla herida emocionalmente y amarla sin un motivo en concreto.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

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