Palabras surgidas dentro del contexto: "taller sobre Emily Dickinson".
Querida Emily:
En estos tiempos de reclusión, de miedos, de
incertidumbres...
No puedo imaginar que se siente realmente al estar recluida;
pues he sido de las personas que han estado trabajando durante la pandemia.
Si puedo decirte que el miedo me ha parecido mucho más peligroso
que la enfermedad.
Un miedo que si bien ha sacado un lado solidario de las
personas que nos rodean, también ha sacado un lado de intolerancia e incluso
violencia.
Es lo que tiene el miedo: asusta.
Cada día al salir al trabajo, cada día al salir a la compra;
el miedo atenazaba mi garganta disfrutando mientras me intentaba ahogar.
No, no pude ver esta situación en el interior de mi casa;
sin embargo la he visto desde el interior de mi alma.
Ese día alguien entró en mi tienda (alguien desconocido, para
nada un cliente) y gritando me pidió mascarillas:
-"No, yo no vendo; además, están agotadas."
replique.
-"¡¡¡Hija de puta!!! ¿Entonces qué cojones haces
tú?" gritó, a la vez que salía corriendo presa del pánico.
Recuerdo: mi miedo, mi tristeza, mi pesadumbre...
No esperé la hora para salir. Ese día cerré y me fuí a casa;
no podía... entendía en parte el pánico de esa persona, aunque no lo
comprendía.
¿Por qué yo? ¡Si yo no vendo ese artículo! ¡Podía haberme
matado!
Sin poder calmarme, salí de casa con mi perro (por suerte se
podía sacar a los perros) y arranque a llorar, el miedo volvía a apresar mi
garganta, amenazando con dejarme sin aliento, y en aquel momento: no me detuve;
corrí (nunca he corrido) y poco a poco la calma volvió a mi:
Tuve que correr para poder detenerme (valga la paradoja).
Desde ese momento supe que el miedo no podía ser mi rey; que
no sabía si era real o no; pero desde luego no pensaba darle un espacio en mi
vida.
Aún hay veces que se acopla en mi garganta; pero en ese
momento corro, corro lo más lejos posible mientras en mi mente hago
Ho'Oponopono y luego una vez me he detenido: disfruto de las nuevas tareas que
he aprendido en este tiempo como tejer y seguir leyendo cosas que me sumen.
Mientras: sigo trabajando y esperando que si alguien vuelve
a entrar así (presa del pánico por esta o cualquier situación) yo no me
contagie y pueda darle parte de mi paz.
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