FUENTE:
https://www.mindalia.com/noticias/gracias-por-mi-dolor/
Hay días en los que puedes con todo, que pareces un dibujo de un cómic de superhéroes; nada te da miedo, alcanzas todas las tareas del día y más allá.
Sin embargo hay otros días en los que una densa neblina
amanece a tu lado y te agarra fuertemente, te ahoga y no deja que veas nada de
forma positiva.
No alcanzo a adivinar el motivo por el cual hay estos
cambios. La mayoría de veces si analizas que hiciste esa semana, observas que
tal vez lo mismo que siempre, solo que lo has mirado desde otro prisma.
Cuando miras desde la negatividad el más pequeño obstáculo
parece el Everest, sin embargo con el prisma del optimismo solo es una pequeña
piedra a sortear.
Incluso hay veces en los que la vida te pone duras,
durísimas pruebas que vives de forma tranquila, aprendiendo de ellas, sin
alterarte y con amor.
¿Cómo cambiar ese prisma negativo?
Lo primordial es darse cuenta de ello, sino es imposible
cambiar la visión.
Después hay que detenerse y observarla.
¿Qué me está alterando?
¿Qué me saca de mi paz?
¿Cómo puedo vivirlo?
¿Puedo sacar algo positivo de esta experiencia?
No me enfado con mis pensamientos, los observo y perdono.
Tengo derecho a sentirme mal/enfadada/triste/iracunda/etc.
Lo que no debo de hacer es regodearme con estos
pensamientos.
Una vez identificados: los respiro, los siento y los
perdono.
Es momento de respirar; de soltar; de volver a respirar; de
pensar en paz, amor, tranquilidad...
Y es momento de dar gracias. Gracias por la lección
aprendida; gracias por permitirme fallar; gracias por ser amor, aunque lo
olvide muchas veces.
Autora: Rosa Francés Cardona
(Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
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