Artículo publicado en: https://www.mindalia.com
Ellas son tus “ancestras”.
Ellas son memoria, tierra y vida.
Aunque ya no están, nunca se han ido.
Habitan en el latido de tu corazón.
Se refugian en tu Útero.
Duermen en tu alma.
Acompañan tu caminar.
Respiran tus miedos y alegrías.
Ellas, tus “ancestras”, no te abandonan, no te sueltan; te abrazan a través de las memorias; te orientan a través de antiguas enseñanzas guardadas en el ADN.
Nos ayudan a liberar nuestras pesadas cargas.
Reverencia tu linaje, da su lugar:
A esos niños no nacidos.
A los bebitos fallecidos.
A quienes la vida les trató duramente y tuvieron que vivir una vida no deseada.
A esos familiares apartados, no reconocidos.
A esos de los que nunca se supo.
Reverencia tu linaje, a los que amas, a los que recuerdas, a los olvidados y también a los excluidos.
Recuerda el camino del amor.
Ellas te trajeron aquí, reconecta y descubre la grandeza de tu ser.
Ellas son tus “ancestras”.
Ellas son memoria, tierra y vida.
Aunque ya no están, nunca se han ido.
Habitan en el latido de tu corazón.
Se refugian en tu Útero.
Duermen en tu alma.
Acompañan tu caminar.
Respiran tus miedos y alegrías.
Ellas, tus “ancestras”, no te abandonan, no te sueltan; te abrazan a través de las memorias; te orientan a través de antiguas enseñanzas guardadas en el ADN.
Nos ayudan a liberar nuestras pesadas cargas.
Reverencia tu linaje, da su lugar:
A esos niños no nacidos.
A los bebitos fallecidos.
A quienes la vida les trató duramente y tuvieron que vivir una vida no deseada.
A esos familiares apartados, no reconocidos.
A esos de los que nunca se supo.
Reverencia tu linaje, a los que amas, a los que recuerdas, a los olvidados y también a los excluidos.
Recuerda el camino del amor.
Ellas te trajeron aquí, reconecta y descubre la grandeza de tu ser.
Escrito por: |
No hay comentarios:
Publicar un comentario