lunes, 25 de julio de 2016

¿Ahora, para qué?

Obra seleccionada en el concurso literario: RECUERDOS 2017 en letras con arte.
Y publicada en la antología del mismo nombre: Recuerdos
1 GANADOR
4 SEMIFINALISTAS
195 FINALISTAS
1015 ESCRITORES
¿Ahora, para qué?
Respiro hondo, la suave brisa acaricia mi piel, las hojas de los árboles susurran en mis oídos y el café en este parque me sabe a ambrosía.
Con los ojos cerrados, dejo que el perfume del café embriague mis sentidos y me traslade a la última vez que estuve aquí, en esta misma mesa sentada, a tu lado.
¡Hace tanto tiempo! Yo creo que esa chica, que ese día estaba sentada a tu lado no tiene ya nada que ver conmigo.
Recuerdo esperarte aquí mismo; emocionada, algo turbada y muy nerviosa.
Llegaste y no me dejaste hablar. ¡Como siempre lo tuyo era más importante! Depositando  tu dedo sobre mis labios dijiste:
-¡Cariño tenías razón, tienes que seguir en la empresa aunque te trasladen, tu carrera es lo más importante.
- ¡No te vas a creer lo que me ha pasado! ¡Acaban de trasladarme a la oficina central! Así pues olvida todo lo que ayer hablamos, no te ralles y vivamos nuestra carrera, nos sobrará tiempo para estar juntos y una relación a distancia es factible.
Creo que no pude esconder mi amargura con mi sonrisa, pero no lo percibiste.
Días después te despedí en la estación, bajo la promesa incumplida de llamarnos.
-¡Mama, mama, mira como me tiro del tobogán! Sonrío mientras hago una foto y grito que voy a enviarla a los abuelos.
Recaigo en mi ensimismamiento, cuando reapareces ¡siete años después! Estas igual, más elegante, más interesante…
Ha sido difícil quedar de nuevo contigo, creo que este silencio no beneficia a nadie, tienes derecho a saber.
Me das un abrazo y de nuevo parece que el tiempo se ha detenido, voy a hablar y…vuelves a estacionar tu dedo sobre mi boca.
-¡Cuánto tiempo! Me encanta que me llamarás, solo estoy aquí por unos días, me han ascendido a jefe de planta, viajo un montón y apenas tengo tiempo de visitar a viejos amigos.
¿Viejos amigos? ¡Si íbamos a casarnos! No cesas de parlotear de lo importante que es tu trabajo, de lo que vales, de lo que cobras y al final rematas:
-¿Quién iba a decir que aquel día tomamos la mejor decisión de nuestras vidas? ¡Que poco amueblada teníamos la cabeza! Aunque los dos sabíamos que lo nuestro nunca fue nada serio.

Si en siete años no ha sabido nada ¿Ahora, para qué? Sin dar explicaciones me levanto y acudo al parque a jugar con mi hijo.

Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

No hay comentarios:

Te esperé siempre

  Te esperé siempre Aún hoy en el ocaso de mi vida, puedo cerrar los ojos y ver de n...