miércoles, 16 de noviembre de 2022

Ya soy mayor II (por ellas)

 

Hoy María como toda ama de casa de las de antes ya viene de hacer la compra y ya ha recogido la casa antes de salir de casa.

Aún es temprano, aunque ya se sabe; cuando te haces mayor apenas duermes; así que mientras se dirige a comprar el pan ve a su amiga Pepa; y, como no, siempre hay tiempo para una buena charla; aunque cuando entre a recoger el pan quiera colarme ¿pues tengo mucha prisa, tengo tantas cosas que hacer!

-      ¡Che, María, cuantos días sin verte, creía que estabas enferma, el otro día no nos vimos en el médico y siempre coincidimos para renovar los medicamentos!

-      Ya sabes, tengo tanta “faena” que apenas tengo tiempo; ahora vienen a comer los nietos todos los días y mi hija cuando sale del trabajo.

-      Pues eso ya a nuestra edad nos cuesta, pero si te cuento… mi hijo se ha separado y ahora también los tengo para comer y cenar a él y los 2 niños.

-      Pues tú ya estás muy mayor para tanto trote ¿cuántos años tienes?

-      ¿Yo? Cuarenta y seis.

-      ¡Calla, calla! ¿Cómo vas a tener cuarenta y seis si yo soy más joven que tú y tengo setenta y cuatro?

-      ¡Sí, sí, cuarenta y seis!

-      ¡Pepaaaaa, imposible!

-      ¡Que sí, chica, que sí! ¡Ostras, je, je, je! Setenta y seis, quería decir.

-      ¡Pepa, ¡Pepa, que ya estamos mayores y se nos va la olla, ja, ja, ja!

Después de las risas como siempre María entró a por el pan corriendo:

-      ¡Che, “chiqueta” dame mi pan que tengo mucha prisa y tengo muchas cosas que hacer!

Y como siempre la panadera queda alucinada de estas señoras mayores, que no trabajan y no tienen obligaciones en casa y que siempre van corriendo; ya que nadie sabe las historias que cada una encierra en sus casas.

Muchas veces en el ocaso de su vida, cuando tendrían que viajar, cuidarse, ir a charlar con las amigas y disfrutar de sus nietos; realmente están llenas de obligaciones a las que una persona joven seguramente se le harían cuesta arriba y ellas las hacen sin chistar: hacen la comida para sus hijos y nietos con una sonrisa y se hacen cargo de la colada, limpieza, compras, recoger niños de sus extraescolares y un montón de tareas con una sonrisa y muchas veces sin que esta les sea devuelta.

Así que hoy mi aplauso a estas mujeres que pueden olvidarse de su edad, de recoger la receta del médico (solo si es para ellas), del día que es hoy… pero nunca se olvidan de sus tareas y de seguir apoyando a su familia aún a costa de ellas mismas.

Escrito por:
 Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Regente de la Herboristería Herbasana de Canals Valencia.

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