martes, 30 de julio de 2019

¿Conoces el aceite de maíz?


En este artículo conocerás las propiedades del aceite de maíz además de otros datos tan interesantes como necesarios:
·         1 Propiedades del aceite de maíz sin refinar
·         2 Información nutricional del aceite de maíz sin refinar por 100 g.
·         3 Precauciones al tomar aceite de maíz
·         4 ¿Sabías que…?
Todo ello publicado en https://www.enbuenasmanos.com/
Y escrito por:
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

viernes, 26 de julio de 2019

Esta vez si que dejo el tabaco: melatonina


La melatonina es de gran ayuda cuando queremos abandonar el hábito de fumar
Actúa desde varios prismas:
¿Qué sucede cuando dejas de fumar?
1.     Ansiedad
2.    Insomnio
3.    Daño vascular creado por el hábito de fumar durante un tiempo prolongado
4.    Apetito desmesurado (ansiedad)
5.    Decaimiento, tristeza, estrés...
La melatonina nos ayuda de la siguiente forma:
1.     Proporciona cierto grado de serenidad, ayudando a superar la ansiedad que se produce por el abandono del tabaco
2.    Nos proporciona un sueño reparador, que al contrario de los somníferos no crea adicción.
3.    Ayuda a reparar el daño vascular
4.    Elimina el hambre por ansiedad
5.    Por algo es llamada la hormona de la felicidad
La melatonina se produce de forma natural en nuestro cuerpo, si bien su producción puede disminuir por varios aspectos:
·         Salud (diabetes mal controladas…)
·         Alcohol
·         Tabaco
·         Cafeína
·         Exceso de exposición a aparatos eléctricos
·         Exceso de iluminación artificial
·         Algunos medicamentos (para la hipertensión, ansiolíticos, hipnóticos).
·         Edad (sobre los 75 años la concentración de melatonina es sólo un cuarta parte de la que puede presentar una persona en la edad media de la vida)
NO SE DEBE DE TOMAR SIN LA PRESCRIPCIÓN DE UN-A PROFESIONAL
Si tomas antihipertensivos, sedantes o hipnóticos, anticoagulantes o imnunosupresores
Estas embarazada
Periodo de lactancia
Niños

Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

lunes, 15 de julio de 2019

La piscina de la muerte


Obra presentada en Letras con Arte para el concurso SUCEDIÓ EN VERANO IV y cuyo fallo ha sido notificado el 8 de julio de 2019, resultando finalista y por ello publicada en el libro  antología “SUCEDIÓ EN VERANO 2019” 1032 escritores presentados, 125 relatos publicados.
 Llevaban ya más de 20 años casados, todo se había convertido en rutina; casa, trabajo, su machismo…nada ayudaba.
Hacía tiempo, que la veía feliz y eso le sacaba de quicio, hacía tiempo que no la quería, odiaba verla así: ilusionada, feliz… como si las cosas no fuesen con ella.
 Él roía y roía cada día sus pensamientos enfermos, su humor era insoportable, ella… ella, no se inmutaba, no le discutía, no dejaba de sonreír… y esto le enfurecía más.
¿Qué motivos tenía para sonreír? ¿Acaso tenía un amante?
¿Qué se creía? En su casa nadie era feliz, si él no lo era.
Después de mucho maquinar; preparó su venganza, una trampa de la que no saldría, ese pensamiento le daba alegría, súbitamente arrancaba a reír, sin motivos aparentes.
Ese día se despidió de ella, la beso (hacía una eternidad que había olvidado el roce de sus labios sobre los suyos) y se despidió eufóricamente, ella le dejo marchar con su eterna sonrisa.
Al momento llamó a su hija.
-¡Ana, vente que papá se fue y podemos pasar el finde juntas!
-Mamá, perfecto, voy.
La “niña” hacía años que no tenía relación con su padre, no soportaba su tiranía machista y ver como trataba a su madre; al final cedió y venía cuando él no estaba. Ese era el motivo de su sonrisa, su alegría: su niña, su vida.
El lunes llegó él y se encontró con:
Un cuerpo flotando en la piscina, apenas quedaba nada, solo carne deshecha, huesos asomando, pelos por la piscina, grasa flotando…
Un espectáculo dantesco, que no le horrorizó, solo sonrió satisfecho y con el teléfono en la mano:
ARTE: Agnolo Bronzino
-¿Policía? Acabo de entrar en mi casa y hay un cuerpo en mi piscina. ¡Mi mujer, por Dios, es mi mujer!
Gritó, fingiendo horror. Mientras la voz del jardinero sonaba en su cabeza enferma.
-Señor recuerde bien, estos productos no debe de echarlos sin medirlos bien, son muy tóxicos.
Le había llevado tiempo  maquinar la venganza y tener el suficiente salfumant para llenar la piscina sin llamar la atención. Sabía que a ella le encantaba nadar por la noche en verano
De repente apareció ella, corriendo hacia él.
-Cariño ¿Qué te pasa?
No había visto el espectáculo dantesco. Se detuvo en seco.
-¡Mi niña, mi niña!
Gritó desvaneciéndose.
Él… tardó apenas 3 segundos en comprender y enloquecido se arrojó a la piscina de la muerte.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

sábado, 13 de julio de 2019

Mi ofrenda



Mi dicha; mi tristeza
Mi trabajo; mi pereza
Mis buenas obras; mis rapiñas
Mi humildad; mi ego
Mi grandeza; mi bajeza

Hoy todo te lo entrego
Hoy todo te lo ofrendo

Mis palabras, actos, pensamientos
Incluso mis cantos, bailes y risas

Hoy todo te lo entrego
Hoy todo te lo ofrendo

Lo entrego hoy todo al cielo
Sin juzgar, sin pensar
Para que sea transformado
Para que la esencia del amor ilumine mi camino

Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

miércoles, 10 de julio de 2019

Escenas de ducha: Freddie Mercury



Freddie Mercury – “Living On My Own” 
A toda pastilla suena en toda la casa, mientras me desnudo para entrar en la ducha y hago como buenamente puedo mi coreografía cantando con un micrófono improvisado con el roll-on del desodorante.
Ya dentro de la ducha sigo cantando a todo volumen ”Time Waits For No One” .
No termino de entender el motivo de la sequia de mi zona, sobre todo si hay más personas “tan entonadas” como yo, pienso, creo que en voz alta. El jabón ya cubre mi cuerpo, que no ha dejado de bailar durante el proceso; de pronto…
-¡Crack, crack…!
Oigo unos ruidos; estoy sola en casa; nunca haría semejante coreografía si supiese que hay alguien más en casa. La música sigue a todo volumen, pero ya no la escucho, estoy asustada, vivo en el campo, no hay vecinos a media hora alrededor, mi cabeza está a punto de explotar, piensa, piensa, ¿qué hago? ¿A quién llamo? ¿Qué será? No hace ni un mes robaron cerca de casa… Ya me veo dentro de la ducha, detrás de la cortinilla, una mano blandiendo un cuchillo e incluso mi mente escucha la música de “Psicosis” de Alfred Hitchcock, incluso veo mi cuerpo tendido en el suelo de la ducha, el suelo lleno de sangre roja, mascarilla verde y marrón… ¡Dios mío, que escena tan dantesca! ¡Estoy aterrada!
Salgo de la ducha llena de jabón, casi me resbalo debido a la incertidumbre que me embarga, mientras mi cabeza no deja de pensar, entro en modo pánico; siquiera cojo la toalla, salgo desnuda, el cuerpo lleno de jabón, una mascarilla de arcilla en la cara y una mascarilla de aloe vera y aguacate (vamos, de color verde) en la cabeza, como arma llevo la escobilla del WC (no habrá ladrón que se resista a esta arma, debió de pensar mi subconsciente o no sé qué otra tontería)
¡Bom, bom, bom…! Mi corazón está a punto de estallar. " I Want To Break Free " suena acompasando mi corazón, me resbalo por el pasillo de forma grotesca, mientras sigo oyendo el ruido de fondo; la escobilla la empuño como una espada medieval o similar; el jabón resbala por mi cuerpo dejando un reguero mojado por donde camino; la arcilla de mi cara se ha secado seca, dejándome una cara de estatua impasible, a la que el miedo hace que se desconche poco a poco, casi de forma imperceptible, dándome un aspecto viejuno, abandonado…; la mascarilla de aloe y aguacate se desparrama por la espalda, cara… cual extraterrestre gelatinoso; todo ello unido a mi no-cuerpo 10, es decir excesivamente redondito y bajito.
-¡Crack, crack…!
Me explota el corazón, ya estoy en la puerta de la cocina donde escucho el ruido…
-¡Ahhhhhh te pille, maldito ladrón, he llamado a la policía!
Grito con todas mis fuerzas, blandiendo mi “florete de plástico” llamado escobilla de WC.
-¡Ahhhhhhhhhhh!
Grita quien está en la cocina, a la par que lanza por el aire un vaso lleno de agua y un bocadillo; si bien es demasiado tarde, ya tiene en la boca la escobilla; ya no puedo reaccionar; es tarde para dar marcha atrás; resbalo sobre él con mis pies descalzos, mi cuerpo desnudo lleno de mascarillas y… exploto en una risa nerviosa y tonta; es mi marido.
-¿Qué coño haces? Casi me matas del susto. Le impero.
-¿Yo? Tú, eres la que casi me meta a mí. Si llevo media hora llamándote y tú con tu música a tu bola, así que he venido a la cocina a prepararme algo. ¿Por cierto? ¿Qué narices te chorra del pelo? ¿Qué haces así te vas a resfriar?
A la par que caemos ambos al suelo muertos de la risa, mientras suena “Radio Ga Ga” .
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

martes, 9 de julio de 2019

Yo y mis circunstancias?

-¿Sabes? No eres como yo pensaba.
¿Cómo yo pensaba? ¿Qué pensaba de mí? Tanto hablar de no etiquetar a las personas y sin darnos cuenta es lo primero que hacemos:
Te conozco en una excursión de la iglesia: eres muy católica.
Te conozco en clase de yoga: eres muy tranquila.
Te conozco en una biblioteca: eres muy intelectual.
Te conozco en un foro de singles: estás buscando ligue.
Y así sucesivamente.
Reflexiono sobre ello y tal vez hay muy pocas personas "muy" de nada, seguramente somos una mezcla de "pizcas de" con algunas temporadas de "un poco más de" ; gracias a las diferentes "fórmulas" podemos evolucionar y ser un "poco menos" y "un poco más" de cada cosa, hasta lograr la mezcla perfecta y única en la que estemos cómod@s y a partir de la cual ya podamos ajustar un poco más la miscelánea hasta "añadir una milésima de" y "quitar una miaja de" y así hasta el final de nuestros días; pues de eso se trata:
De crecer, evolucionar, cambiar, aprender...
Otras veces:
Involucionaremos, nos daremos de narices, retrocederemos, incluso a veces huiremos...
Creo que ambas fases son necesarias; son el Yin y el Yang de una misma moneda. De nosotr@s dependerá el resultado final y... ¿Sabes? No valdrán las excusas tipo:
-No fui yo, fue...
-Es que mis padres me criaron así...
-Yo creía...
-“Mira es que yo soy yo y mi circunstancia”
(frase de Ortega y Gasset) aunque olvidamos que el filósofo añadía » Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo»
Al final en esto reside el "libre albedrío" en decidir si superamos el miedo, si nos detenemos o por el contrario alzamos el vuelo.

Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

Como meditar y no morir en el intento

ARTÍCULO PUBLICADO EN: https://www.mindalia.com
Seguramente sabes los beneficios de meditar, pero siempre te viene mal, te falta tiempo, no encuentras el lugar adecuado, no tienes tiempo, no sabes cómo hacerlo realmente…
*Vamos a intentar meditar cada día teniendo en cuenta estos pequeños pasos.
POSTURA:
Encontrar la postura adecuada nos puede llevar  meses, así pues vamos a dar unas pinceladas y siempre buscaremos la comodidad, pues sin una buena postura no hay meditación. Siéntate mal y en 5 minutos te dolerá todo el cuerpo y la meditación se convertirá en un infierno y una carrera contra reloj hacia salir de ella.
Sin una buena postura te aseguro que en pocos minutos te dolerá hasta la uña del pie, comenzado por cervicales, lumbares, hormigueo en las piernas…
La postura de la espalda es primordial, esta deberá de estar erguida (evita chepas).
La cabeza deberá de estar con el mentón recogido hacia el cuello.
Los ojos entrecerrados y la mirada, en  ángulo de unos 45º, se posa en la pared sin enfocarse en nada concreto. También puedes cerrarlos, si así lo deseas.
La punta de la lengua descansa en la parte frontal del paladar, justo donde nacen los dientes.
La cara, dibuja en ella una sonrisa, nos ayudará a que la practica sea más próspera y cómoda.
Utiliza un zafu (cojín), la banqueta de meditación también es ideal y nos permita más variables.
Es aconsejable descansar las manos sobre los muslos o el vientre, puedes hacer algún mudra.
Puedes recurrir a una silla con el respaldo recto, y siéntate hacia adelante en la silla de manera que ambos pies estén apoyados en el suelo, no apoyes la espalda en el respaldo.
También puedes usar el suelo con mantas o esterilla en postura savasana.
TIEMPO:
Dice un proverbio: para que “el agua se aclare es necesario dejarla reposar”
Así pues para meditar necesitamos tiempo, un mínimo de 20m’ para lograr resultados.
GRUPAL O SOL@:
Las 2 formas son válidas y cada una tiene sus ventajas e inconvenientes:
-Sol@:
Puedes hacerlo cuando mejor te venga, no estás atada a ningún horario. Esta ventaja también puede ser el gran inconveniente, pues a veces la dejadez nos lleva a pasar el día posponiendo y tal vez lo dejemos pasar.
-Grupal:
Si tenemos cerca un grupo que practique la meditación, es un regalo que no debemos de dejar pasar,  pues en él es más fácil conectar y acoplarse a la vibración. El grupo nos ayuda cuando salimos del estado meditativo a entrar de nuevo en él, de forma que aprovechamos la energía del grupo en nuestro propio beneficio.
La desventaja es que el grupo no se suele reunir todos los días y tal vez sus días y/o horarios no coincidan con los nuestros.
CONSTANCIA:
Sin ella los resultados solo serán momentáneos.
ATENCIÓN:
Importante conectar con nuestra respiración (por ejemplo) para evitar divagar, fugarnos al pasado o viajar al presente, adormecernos…
ROPA:
Siempre usa ropa cómoda.
LUGAR:
Es importante encontrar un lugar donde nadie nos interrumpa.
El silencio es beneficioso, aunque no es esencial, pues debemos de viajar a nuestro interior y dejar atrás las molestias del exterior, al principio nos parecerá complicado, pero pronto lo lograremos con o sin ruido exterior.
PENSAMIENTOS/CHÁCHARA INTERIOR:
Acéptalos, no luches contra ellos, solo déjalos pasar, no les prestes atención.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.





viernes, 5 de julio de 2019

Te esperé siempre


Aún hoy en el ocaso de mi vida, puedo cerrar los ojos y ver de nuevo aquel paisaje de vías entrelazadas de mi infancia; e incluso si aprieto fuertemente los ojos puedo oír palabras como: catenaria, entretraviesas, distribuidor de bornes, achaflanamiento de carriles y un montón de palabras más de las que ya he olvidado su significado, pero que a mis oídos suenan como música celestial; en realidad, suenan a sueños de infancia.
Así pensando en todo esto, acabo de darme cuenta de algo muy curioso; esta imagen en mi mente de vías entrelazadas, de vagones, de viajeros… llega a mi mente en blanco y negro, ¡me parece muy curioso! Es como si el tiempo hubiese borrado poco a poco su color, no por ello es una imagen triste; en realidad es una imagen nostálgica y llena de amor; una imagen en blanco y negro como la de los recuerdos de épocas pasadas, recuerdos de infancia donde los ojos inocentes de un niño no eran capaces de ver sufrimientos ni carencias.
Vivía con mis abuelos, mi abuela es de quien más recuerdos conservo; el abuelo José era recto, muy recto, demasiado recto. La abuela María era dulce y me quería con locura.
Con mis ojos aún cerrados la veo como si fuese hoy:
Cabello blanco recogido en un pequeño moño bajo; rostro cansado, arrugado, pero para mí de extrema belleza; mi abuela desprendía bondad; siempre vestida de negro con su delantalillo, su ropa extremadamente remendada, pero perfecta. Cada noche nos quitábamos la ropa y nos quedábamos en saya para que la abuela limpiase su vestido y el mío; pues como ella decía:
-¡Ana, ser pobre no es ser sucio! Que nadie pueda hablar mal de ti nunca, ni decir que vas sucia.
Así pues, con frío o calor, la abuela limpiaba el único vestido que teníamos; el de los domingos era solo para ocasiones especiales; en invierno nos quedábamos junto al fuego y la olla de agua caliente con cenizas, para devolverle a la ropa su color oscuro y dentro la ropa que luego tendería junto al fuego para poder vestirnos por la mañana. Rememoro el olor a leña de mi ropa, aquel olor que entonces no me gustaba, hoy me huele al perfume más caro del mundo; el del amor, de mi pobres abuelos por mí, ese que nunca se puede comprar con dinero.
Una, vez amanecido iba algún día al cole, la abuela decía que tenía que aprender a leer, que era muy importante -¡cuánta razón tenía y que poca importancia le dábamos en ese tiempo a los estudios!- ella sabía leer cosa rara en esos años, lo curioso es que solo sabía leer letra de imprenta, no la escrita a mano.
Hoy miro a mis nietos ¡tan pequeños! Y pienso que cuando tenía 5 años mi abuela me enviaba a cuidar niños a cambio de una merienda y a lavar los platos a casa de algunas familias a cambio de un plato de caliente. Veo a mi nieto de 10 años y lo encuentro tan pequeño, tan frágil y me pregunto cómo han cambiado tanto las cosas.
A cambio de un plato de comida, limpiaba y cuidaba niños más pequeños que yo; sin embargo no es que mi abuela fuese una tirana, es lo que había en aquellos tiempos de carencias, después de una guerra que nos sumió en la pobreza ¡bueno, no sé si nos sumió, en realidad, para mí era lo que había, no había conocido otra cosa!
Mi abuelo estaba todo el día haciendo jornales para poder subsistir y mi abuela además limpiaba y con todo eso solo podíamos subsistir.
Nuestra casa era humilde, no, lo siguiente; una bombilla alumbraba toda la estancia (y las menos horas posibles, pues era un lujo), un pequeño fuego servía para calentarnos y para hacer la comida y múltiples agujeros hacían que el aire y la luz de la calle entrarán por doquier; mi abuela todos los sábados ponía un caldero de cal y arreglaba los agujeros y encalaba la casa, para que luciera blanca y bonita.
La recuerdo siempre trabajando, con su sonrisa, sin quejarse de nada.
Todas las noches a la hora de dormir me arropaba y me contaba “mi cuento”.
-¡Cuéntame abuela, donde esta mama!
-Tu mama, cariño, partió a hacer las Américas, te dejo conmigo con todo el dolor de su corazón y partió en un gran barco; surco el mar durante meses, vio ballenas, que son unos enormes peces en los que cabe un tranvía entero y una vez allí un príncipe indio quedo prendado de su gran belleza y de sus cabellos largos y rojos y se caso con ella; ahora ella es la reina junto con su marido y cuando tengan mucho, mucho oro, vendrán a por ti y tú serás la princesa de la más grande y temida tribu americana.
Con todo el oro comprarán un gran barco y con toda la tribu vendrán a España, una vez aquí cogerán el primer tren y todos vendrán cargados de los más hermosos regalos a por su hermosa princesa.
¡Imagina que fiesta más grande y preciosa cariño!
Pronto quedaba dormida y soñaba con los indios, con mi mama reina y me imaginaba  a ese  robusto y hermoso indígena como mi papa, pues al mío no lo conocí.
Cada día recordaba cuando me trajo a Valencia, y desde la estación llegamos a casa de mi abuela, me presento a mis abuelos y me dijo:
-Espérame un rato en la calle.
Después de una acalorada discusión mi mamá salió y me dio un beso.
-Quédate con la abuela, mamá vendrá pronto a por ti.
Aún la recuerdo camino de la estación, con una pequeña maleta, labios rojos, hermosa falta tipo lápiz, una impecablemente blanca camisa y sobre todo su hermosa cabellera roja, roja como el más bello amanecer, como un fuego ardiente en medio de una pradera; su cabello brillaba bajo los reflejos del sol, mientras andaba sin mirar atrás siquiera una vez más.
Desde entonces, acudía cada día a la estación, miraba a los pasajeros que llegaban de los trenes de larga distancia, por si había llegado mi mama.
Preguntaba a los conductores del tren, a los empleados, a los revisores…
Nadie sabía decirme sobre una reina india, con cabellos rojo fuego y de su séquito.
En aquellos andenes, pase parte de mi vida, esperando a alguien que nunca llegó, todos los empleados de la estación me conocían y a veces compartían conmigo un poco de manzanilla caliente en invierno, mientras hablaban de sus cosas y escuchaban mis fantasías.
Muchos años después, ya adulta, me entere de toda la verdad.
Mis pobres y humildes abuelos, tenían una sola y hermosa hija; su ojito derecho, sin embargo esa hija, resultó ser ambiciosa y envidiosa, quería aquello que ellos no podían darle, así que se lió con el “señor” de la casa donde ella trabajaba como interna y quedó embarazada, con la esperanza de ser la señora de la casa, con lo que no contaba ella era que la echaran a la calle con un poco de dinero para mantener a la criatura y que bajo la norma de no volver; ella no obstante cuando se gasto todo el dinero, chantajeó durante un tiempo al señor, hasta que este confeso la verdad a la mujer. ¡Y, como no! En aquellos días pasos lo que tenía que pasar; su mujer lo perdonó.
Así que sin dinero, hermosa aún y llena de ambiciones, solo le molestaba una cosa “un paquete” que le impedía llevar su vida.
La única solución que le vino a la cabeza, fue dejar “el paquete” a sus padres y si estos no lo querían pues otra opción sería dejarlo en una institución, en aquellos tiempos después de la guerra no era nada fuera de lo común.
Mis pobres abuelos y amargados, por todo el escándalo de su hija, no podían aceptar una niña, diminuta y legañosa, sin enfrentarse a todas las habladurías del pueblo; mi abuela solo pensaba que podría parle de comer a esa niña, si ellos apenas subsistían, encima cuando todo se supiese en el pueblo podrían perder el trabajo.
Ante la visión de aquella niña desamparada, que era yo y sabiendo cual sería su destino, los abuelos decidieron criarme como si fuese su hija y realmente hicieron bien su trabajo, nunca me considere menos que otras niñas, nunca me faltó cariño y la poca comida que había era principalmente para mí.
Nunca hablo mal de mi madre, es decir de su hija; siempre me contó como me quería, lo guapa y buena que era, como enviaba dinero desde América…
¡Mentiras, piadosas y llenas de amor, sin embargo, mentiras!
Gracias a ellas mi infancia fue feliz; en realidad no es así, mi infancia fue feliz gracias al sacrificio de mis abuelos; al amor que fueron capaces de darme; a su renuncia de lo poco que tenían para compartirlo conmigo; a como escondían del dolor que les causaba su hija, para que yo no sufriera.
Muchos años después supe de ella, digo ella, pues decir hoy mamá, me parece casi un chiste, mi mamá y mi papá se llamaban: yaya y yayo.
Supe que ciertamente hizo las Américas, que ciertamente estuvo en un gran barco durante meses, hasta que llego a su destino; aunque no existió ningún hijo de ningún rey, ni ningún príncipe, ni tribu, ni nada similar.
Si, encontró marido allí y formo una familia, nunca se acordó de sus padres ni de su hija; mi abuela se canso de enviarle cartas y cartas e incluso alguna foto mía y de decirle lo apurada que estaba y que enviase algo para que pudiese comer la “niña” y ella apenas contesto una decena de veces; diciendo que estaba muy bien y que era muy feliz. Como si yo fuese solo un mal sueño y no existiese.
¿Cómo  puede una madre olvidar a su hija?
No dejo de pregúntame hoy esto, miro a mis hijos y el amor se expande, ¿cómo una madre puede olvidar ese amor?
De todas formas ya poco o nada importa, apenas se cruza en mis pensamientos.
Hoy en el ocaso de mi vida solo cierro los ojos y veo un emparamado de vías de tren y me veo a mi misma esperando a mi mama, ahora con los ojos cerrados y tranquila en el silencio de la noche, escuchó a lo lejos el silbido del tren, cada vez más cerca; hasta que lo alcanzo a vislumbrar difuminado en blanco y negro, como los sueños de la infancia, sin embargo este tren hoy llega a las estación y de ella se baja mi mama:
-¡Yaya, yaya!
-Cariño vengo a llevarte conmigo a un lugar donde como te prometí tú serás la princesa y mamá será la reina.
-¿Mamá? Yaya tú eres mi mamá, tú eres la reina de mi país de ensueño, tú y el yayo.
Digo mientras subo al tren que parte por última vez de este andén hacia su destino.
De repente esa imagen impresa en mi mente durante tantas décadas en blanco y negro comienza a tomar color; un color alegre y lleno de vida, como nunca antes la había tenido.
No me pregunto que pasara con mis hijos, sé que están bien.
Parto hacia mi destino, sin mirar una vez más atrás, mi país de ensueño está junto a ellos, en sus brazos amorosos y sé que allí esperaré a mis amados hijos, sin prisa y feliz.

¿ CAES EN EL VICTIMISMO ?