lunes, 15 de julio de 2019

La piscina de la muerte


Obra presentada en Letras con Arte para el concurso SUCEDIÓ EN VERANO IV y cuyo fallo ha sido notificado el 8 de julio de 2019, resultando finalista y por ello publicada en el libro  antología “SUCEDIÓ EN VERANO 2019” 1032 escritores presentados, 125 relatos publicados.
 Llevaban ya más de 20 años casados, todo se había convertido en rutina; casa, trabajo, su machismo…nada ayudaba.
Hacía tiempo, que la veía feliz y eso le sacaba de quicio, hacía tiempo que no la quería, odiaba verla así: ilusionada, feliz… como si las cosas no fuesen con ella.
 Él roía y roía cada día sus pensamientos enfermos, su humor era insoportable, ella… ella, no se inmutaba, no le discutía, no dejaba de sonreír… y esto le enfurecía más.
¿Qué motivos tenía para sonreír? ¿Acaso tenía un amante?
¿Qué se creía? En su casa nadie era feliz, si él no lo era.
Después de mucho maquinar; preparó su venganza, una trampa de la que no saldría, ese pensamiento le daba alegría, súbitamente arrancaba a reír, sin motivos aparentes.
Ese día se despidió de ella, la beso (hacía una eternidad que había olvidado el roce de sus labios sobre los suyos) y se despidió eufóricamente, ella le dejo marchar con su eterna sonrisa.
Al momento llamó a su hija.
-¡Ana, vente que papá se fue y podemos pasar el finde juntas!
-Mamá, perfecto, voy.
La “niña” hacía años que no tenía relación con su padre, no soportaba su tiranía machista y ver como trataba a su madre; al final cedió y venía cuando él no estaba. Ese era el motivo de su sonrisa, su alegría: su niña, su vida.
El lunes llegó él y se encontró con:
Un cuerpo flotando en la piscina, apenas quedaba nada, solo carne deshecha, huesos asomando, pelos por la piscina, grasa flotando…
Un espectáculo dantesco, que no le horrorizó, solo sonrió satisfecho y con el teléfono en la mano:
ARTE: Agnolo Bronzino
-¿Policía? Acabo de entrar en mi casa y hay un cuerpo en mi piscina. ¡Mi mujer, por Dios, es mi mujer!
Gritó, fingiendo horror. Mientras la voz del jardinero sonaba en su cabeza enferma.
-Señor recuerde bien, estos productos no debe de echarlos sin medirlos bien, son muy tóxicos.
Le había llevado tiempo  maquinar la venganza y tener el suficiente salfumant para llenar la piscina sin llamar la atención. Sabía que a ella le encantaba nadar por la noche en verano
De repente apareció ella, corriendo hacia él.
-Cariño ¿Qué te pasa?
No había visto el espectáculo dantesco. Se detuvo en seco.
-¡Mi niña, mi niña!
Gritó desvaneciéndose.
Él… tardó apenas 3 segundos en comprender y enloquecido se arrojó a la piscina de la muerte.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

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