lunes, 12 de agosto de 2013

Palabras que nunca nos dijimos

Obra  distinguida en el certamen: VIVENCIAS
Convocado por: Letras con arte
Y publicada en el libro antología: Vivencias. Editorial: Letras con Arte.

Han participado 1312 escritores.

Sentada en nuestra habitación te añoro cada día más; miro tu ropa, los muebles, los rincones… y todo me recuerda a ti, incluso creo que huele a ti.
Hoy empecé a recoger tus cosas.

Creo que llego el momento de pasar página, ya hace mucho que marchaste ¡demasiado!

Encontré viejas fotos, viejas cartas ¡Tan viejas, tan gastadas…!

Empecé a ojearlas y poco a poco me perdí en ellas, descubrí que no solo contenían imágenes y palabras escritas; además estaban llenas de palabras que nunca nos dijimos, de abrazos que nunca recibimos, de besos perdidos… Y que ahora, ya nunca podremos recuperar.

Las lágrimas inundan mis ojos; no, no es tristeza, es impotencia; impotencia de no poder volver atrás en el tiempo, de no poder abrazarte, besarte y decirte ¡te amo!

Me abrazo a tu foto, la beso y empapo con mis lágrimas, que parece que desbordan sobre mis ojos sin poder contenerlas, aunque sé que no es eso lo que deseo; deseo abrazarme a ti, besarte y decirte que:
¡Si; te quise; si, fui feliz!

No sé el tiempo que he estado abrazada a las fotos y viejas cartas. No sé el tiempo que he estado llorando. Solo sé que me he quedado dormida sobre la cama y que en mis sueños te he visto, te he tocado e incluso aún huelo a tu perfume.

Te he podido decir lo que estaba pensando, he notado como te  acurrucabas a mi lado y abrazándome también has llorado, me has cubierto de besos y me has dicho que tú, tú también fuiste feliz, pero que debo dejarte ir, que tu tiempo ha pasado y que eres feliz y deseas que yo también lo sea.
Cuando he abierto los ojos, aún estaba mi mejilla empapada, incluso la sábana continuaba mojada de nuestras lágrimas, pero mi tristeza se había diluido en esperanza.
Al final sin prisa y deleitándome en mi dolor, un dolor agridulce, pues está mezclado de esperanza, he recogido tus cosas. He guardado nuestras cartas y fotografías. De todas formas sé que lo principal nunca podré tirarlo ya que permanecerá siempre en mi corazón.

También he comprendido que nunca más dejaré besos por dar, abrazos pendientes o palabras por decir; nunca dejaré que ningún ser querido se marche sin decirle lo que significa para mí.

Mientras pienso todo esto, aún puedo cerrar mis ojos y oler tu perfume y si los cierro fuerte aún puedo oír tus pisadas, aunque ya cada vez más tenues, cada vez más lejanas…

Pero mis ojos ya no se inundan con mis lágrimas, solo asoman algunas cuando pienso en momentos felices y asoman las lágrimas al mismo tiempo que una tímida sonrisa de felicidad.

¡Adiós amor!

Mejor dicho ¡Hasta luego!


Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.

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