Uno de los pocos recuerdos
que tengo de mi infancia es el de mi abuela paterna; viví con ella muchos años y
siempre la recuerdo vestida de negro, pequeña, con su cara y manos surcadas de arrugas
y su cabeza coronada con un moño blanco.
La recuerdo siempre atareada,
se levantaba antes de que amaneciera e iba a limpiar casas, volvía y le tocaba
limpiar, cocinar… todo para poder sacarme adelante.
Ella y yo estábamos solas; éramos una.
Por la noche cuando terminaba
las tareas de repente oía el tac-tac-tac acompasado de su máquina de coser.
Durante horas me sentaba a
su lado, miraba embelesada como por arte de magia un simple trozo de tela
tomaba forma.
Cuando le preguntaba ella
solo me miraba con esa sonrisa suya enigmática y misteriosa y no respondía.
Yo cerraba los ojos e
imaginaba a un tropel de haditas a nuestro alrededor. Si los apretaba mucho,
mucho; podía verlas revolotear.
¿Cómo si no, mi abuela podía
crear esos maravillosos vestidos para mí?
Cuando yo marchaba el
vestido apenas se adivinaba y al día siguiente ¡Voila! Terminado por arte de
magia.
Sabía que cuando nos acostábamos
las haditas se quedaban con el dibujo que mi abuelita les dejaba y se ponían
mano a la obra para poder terminarlo a tiempo y que yo pudiese lucir bonita,
igual que las demás niñas que tenían la suerte de tener papas.
Así
con los ojos cerrados podía ver a las haditas; discutían sobre si poner este
encaje u otro en mi vestido, si cosían el dobladillo a esta o a esta otra
altura…
Con
el tiempo mi abuela fue envejeciendo y yo creciendo y las haditas dejaron de
estar visibles.
Hoy
tantos años después, miro en mi despacho y cerca de la ventana tengo su
máquina, que sigue funcionando.
Muchas
noches me despierta el tac-tac-tac de la máquina y oigo aún las risas suaves y
tintineante de las hadas.
Cuando
me levanto y acudo a la habitación solo reina el silencio, sin embargo si
cierro fuertemente los ojos, veo a mi abuela con su rostro surcado de arrugas sonriéndome,
su pelo blanco recogido en un pequeño moño y a unas hadas tintineantes y divertidas
a su alrededor.
AUTORA: Rosa
Francés Cardona
Acupuntora,
MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición
Regente de
Colaboradora
en: buenasmanos.com
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1 comentario:
que preciosidad has contado...genial !! mil besos guapa !!
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