Alícia hace años que trabaja en una pequeña tienda de un
pueblo de tradición pescadora. La tienda nos recuerda a las tiendas de los 60, mitad
ultramarinos, mitad hierbas, mezclas de plantas… allí puedes encontrar de todo,
desde el arroz que te olvidaste comprar en la ciudad, hasta encontrar consejo
sobre que planta tomar para el dolor de barriga o los aires.
A Alicia le encanta el trabajo; el pueblo es pequeño, el
trabajo agradable y la jefa: Inés, es su amiga, así que siempre está dispuesta
a quedarse un poco más, a lo que sea, pues, aunque es una empleada, es casi
como si fuese ella la dueña, de hecho Inés lo sabe y le deja llevar la batuta.
Sin embargo esta semana le ocurrió algo a Alícia, algo que le
ha llenado de dudas, si contarlo, si callarse, si…
En ello sigue, mientras nosotr@s vamos a adentramos en la historia; con la única
intención de llamar nuestra atención, nosotr@s los padres a veces damos por
sentado muchas cosas, que ell@s (nuestros hij@s) saben y no hablamos o si lo intentamos ell@s
huyen de la conversación.
Así que el motivo que me mueve a inmiscuirme en esta historia
es solamente el de recordarnos que hablemos con nuestros hij@s, mucho, aunque
no quieran escucharnos, aunque estemos cansad@s, aunque pensemos que ya lo
saben… la comunicación y sobre todo la confianza, el decirles que pese a que lo
hagan mal, que se equivoquen, que nos enfademos… estaremos con ell@s siempre.
Y desde luego esto no es con intención de dar lecciones a
nadie, me escribo a mí misma, si alguien por casualidad le sirve o le ayuda,
pues genial.
La primera hora de la tarde en verano siempre es muy
tranquila; hace calor y más tan cerca del mar, incluso puedes a veces observar
como el vapor del alquitrán asciende hacia arriba, dando al paisaje, coches y
personas una apariencia fantasmagórica; el agosto es sofocante, los más de 40º
hacen que la gente espere hasta la última hora de la tarde para hacer sus
últimas compras y paseos.
Lo bonito de los veranos son los turistas, pocos por suerte,
pero le dan alegría al pueblo, además de unos ingresos extras.
Bueno, creo que ya es hora que deje de divagar y me dirija al
centro de mi historia:
Así pues, en verano, a primera hora de la tarde, entró una cliente -a
estas horas es poco común- una chica joven; como todas las adolescentes,
preciosa. Esta es hoy su primera clienta de la tarde a la que recibe con una
sonrisa:
-¡Dime!
-Me
han aconsejado que venga aquí.
-¿A sí?
Genial. Contesta Alícia, mientras piensa que viene a preguntar por alguna
dieta, realmente no le hace falta, esta preciosa… Toda esa vorágine de
pensamientos cruzan su mente, en unos microsegundos.
-Es
que me han dicho que tienes algo para cuando se quedan embarazadas, lo tires
todo.
Siquiera se ha quitado el casco de la moto, no la conoce debe
de ser de fuera, piensa, mientras si cara debe pasa a ser un poema, la sonrisa
inicial parece ahora una máscara de carnaval.
-¿Qué? Sabe muy
bien lo que le ha dicho, solamente es una forma de conseguir una pausa de unos segundos para recobrarse y
poder contestarle de forma coordinada y educada. Su cabeza piensa a una velocidad
vertiginosa, creo que deja al cuásar a la altura del monopatín. Mientras la chica/cría repite lo mismo.
-¿Para
abortar? Decide darle nombre a “tirarlo todo”
-Sí.
-Pues lo que
me acabas de decir es un delito contra la salud pública. -Logra articular- No es un delito abortar, el
delito sería hacer lo que tú me estás diciendo.
-Pues,
es que me han dicho que por aquí dan una cosa y lo tiras.
-Mira cariño,
eso no se puede hacer, el aborto es algo que está legalizado, habla con tu
madre…
-No,
no es para mí, es para una amiga.
-Bueno,
es lo mismo, es mejor que hable con su madre, que le riña, que incluso le den
un bofetón, que no serán dos y que su madre la acompañe al médico y decida
libremente que hacer. Mira te repito es muy grave lo que me has dicho y es un
delito, pero un delito gordo. Es poner tu vida o la de tu amiga en manos de
un-a desconocid@ y luego si tienes o tiene una complicación morirse. Vida solo tenéis
una. Si quieres a tu amiga o a ti misma, dile que hable con su madre, los
padres se enfadan, pero nunca fallan y que la acompañen donde haga falta, que
no se juegue una vida por miedo.
Ella se ha ido corriendo.
No creo que vuelva, solo espera que hable con su madre o con
la de su amiga (si realmente existe esa amiga).
No sabía cómo ayudarla, no sabe si lo ha hecho bien, en 5m' han
ocurrido muchas cosas, espera que nadie la odie por haberle hablado así.
Hoy en pleno siglo XXI seguimos estando desinformadas,
seguimos teniendo miedo de hablar con nuestros hij@s o nuestros padres/madres y
da igual si sucede en un pequeño pueblo o en una gran ciudad, lo lamentable es
que sigue sucediendo.
Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora,
MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Tienda
on-line: http://herboristeriaherbasana.es/
Redactora
en: http://www.enbuenasmanos.com/
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