Rememoro aquel día, solo con cerrar
los párpados:
-“Tiene un sarcoma...”
En ese instante mi mente se
desconectó y no oí nada más.
Así ha pasado más de un año:
envuelto en neblinas, haciendo todo lo que los médicos decían, escuchando los
consejos bien intencionados de personas ajenas… Empero sintiéndome fuera de mi
cuerpo, sin reconocerme ante el espejo, sin… ¿amarme?
Conocí por casualidad o causalidad a
una persona que me habló de Ho’oponopono, me pareció tan sencillo que no perdía
nada y cada día decía a: mi cáncer, mi
médico, mi gotero, personas, miedos, tristezas…:
-“Gracias, lo siento, te amo,
perdóname”.
Y hoy en mi revisión, sigo.
Seguramente no fue Ho’oponopono lo
que me curó, no obstante me enseño a aceptarme, amarme y contribuyó a mi bienestar personal.
Cada mañana me levanto y digo a la vida,
a esta nueva oportunidad de vivir, a cada altibajo del día, a quien no me cae
bien, a las risas…
-“Gracias, perdóname, lo siento, te
amo”.
¡Gracias!
Autora:Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Redactora en: http://www.enbuenasmanos.com/
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario