Y ya en el quicio de la puerta, volteó ligeramente la
cabeza. Su cabello flotó por unos instantes en el aire y la luz se abrió paso
entre ellos, haciéndola parecer majestuosa, segura de sí misma, destacando sus
labios rojos, perfectamente difuminados.
Lo hizo por última vez, nunca más volvería a traspasar esta misma puerta y como despedida, esbozando una triste sonrisa, le dijo:
Lo hizo por última vez, nunca más volvería a traspasar esta misma puerta y como despedida, esbozando una triste sonrisa, le dijo:
¡Adiós!
Autora:Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Redactora en: http://www.enbuenasmanos.com/
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