Con suaves susurros el viento nos trae el otoño; trasformando
el paisaje,
las hojas se desprenden suavemente de sus rama hasta el suelo en un baile
hipnótico, llegando a cubrir la tierra con un manto dorado que nos recuerda cada
año la importancia del soltar y de no apegarse a lo que ya nos sirve; pues así
al soltar ese lastre, podremos utilizarlo como abono de las buenas nuevas que
están por venir.
El cielo, las montañas y el mar se tiñen de ocres hermosos,
colores cálidos que nos invitan a la introspección. Rojos que nos recuerdan que
la vida se afronta con pasión.
Otoño, hermosa palabra; nos invita al recogimiento: a la nostalgia de lo que
dejamos atrás, a la esperanza de lo que está por venir.
Si cierras los ojos y repites la palabra una y otra vez suena
como una canción de cuna que nos anuncia que es hora de comenzar a recogernos
en nuestro hogar y volver a creer en la magia del nuevo renacer.
Autora: Rosa Francés
Cardona (Izha) |
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